Dos equipos pueden presumir de haber levantado cuatro veces
la Champions Cup (antes Heineken), la leyenda francesa de Toulouse y desde hoy
también el Leinster. Tres veces había llegado el cuadro dublinés a un final y
en todas ellas había ganado. Entonces lo hizo con Leo Cullen como capitán en el
campo, ahora lo consiguió como máximo responsable técnico. Derrotó el Leinster
al Racing (15-12), en un lleno San Mamés, guarismos múltiplos de tres, señal
inequívoca de un partido resuelto con pateos a palos. No fue un encuentro
brillante para el espectador, no hubo ensayos, pero en una final no hay lugar
para el riesgo. Hay que sumar, y entre Sexton y el veterano capitán Nacewa
sumaron un pase entre palos más que Iribaren por los celestes.
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